A sus 96 años sigue llevando el
sonido de la dulzaina por muchos pueblos haciendo gala de su arte y su amor a
la dulzaina y tamboril. El pasado sábado 28 de julio Serafín Vaquerizo,
el ilustre dulzainero de Fuenterrebollo fue objeto un año más, y ya van cinco,
de un emotivo homenaje en su localidad natal por parte de su familia, vecinos y
amantes de la música tradicional segoviana.
La Escuela de San Ildefonso
fueron los siguientes en subir al escenario con una seguidilla de Vegas de
Matute, una mudanza de Chañe, una jota de la escuela de Segovia y un pasacalles
de Alberto Manzanas para cerrar su participación.
El grupo de dulzaineros Los
Llanos, de Carbonero el Mayor abrieron su presencia con una jota propia y
cerraron con una jota de despedida. Entre medias, una rumba, una revolada y una
ranchera dedicada a la gente de Carbonero fueron las piezas interpretadas.
El cuarto grupo participante en
el festival, fue el Grupo Castellano, un grupo formado de dulzaineros y
tamborileros de toda la vida de distintos pueblos, como Santiago Matey, compañero
de Serafin Vaquerizo. Una revolada, una charola de San Roque, un pasodoble y
una jota, fueron las piezas que tocaron para el disfrute de un público entregado
con el sonido de la dulzaina y tamboril.
Serafín Vaquerizo, que estuvo
presidiendo el festival, participo con este último grupo tocando varias jotas,
así, como con Rodrigo Peñas, que para finalizar tocaron la jota del Tío
Gonzalo, padre de Serafín, y es que ya de pequeño Serafín,
acompañaba a su padre con la caja allí donde le requerían para amenizar bailes,
bodas o fiestas de los pueblos
El Festival concluyó con todos
los grupos sobre el escenario tocando una jota y con la entrega de detalles
conmemorativos del evento a los grupos participantes por parte de Daniel
Sacristán, concejal de Cultura, Deportes y Medio Ambiente, quien resaltó que
este Festival es una cita obligada en el calendario de eventos de
Fuenterrebollo. “Son ya cinco las ediciones en las que hemos rendido un pequeño
pero merecido homenaje a nuestro vecino y dulzainero Serafín, quien, a pesar de
su edad , sigue llevando el sonido de la dulzaina y el nombre de Fuenterrebollo
por muchos pueblos, de lo que estamos tremendamente orgullosos y agradecidos”.
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